jueves, 31 de octubre de 2013

Literatura infantil: aquella cuyo objetivo es el mero disfrute literario de los niños.

En este primer bloque de la asignatura, nos hemos acercado a los aspectos básicos de la literatura escrita para niños de Primaria. 

Antes de la lectura de dicho bloque, desconocía la diferenciación entre libros infantiles de autor y literatura infantil, considerando a ambos, la misma cosa. 

Los libros infantiles de autor, son textos en formato libro, para niños de hasta 12 años producidos por una o más personas, mientras que, la literatura infantil, como el módulo docente indica, es el arte que utiliza las palabras para manifestarse, (por lo tanto, su intencionalidad, es artística) y que produce un objeto artístico que llamamos libro, destinado a los niños. Para que una obra sea considerada literaria, además de tener un cometido artístico, debe pertenecer a uno de los grandes géneros literarios (narrativa, poesía o texto teatral), debe ser un texto ficticio, y utilizar, en mayor medida, la función estética o poética del lenguaje. Cuando una obra no presenta todas estas características, se trata de un texto paraliterario infantil (textos cuya finalidad no es artística, si no, muchas veces, moralizante o didáctica. Dichos textos, no son ficticios, si no que se trata de biografías o ensayos).

Tras la clarificación de los conceptos anteriores y siendo ahora conocedora de las cualidades y diferencias de dichos conceptos, será más sencillo, seleccionar libros adecuados, para trabajar en el aula con los alumnos. Si echo la vista atrás, hasta mis años en Primaria, puedo recordar, que la biblioteca escolar se componía, básicamente, de libros de texto de años pasados. Los libros de lectura, eran seleccionados por nuestros padres, sin supervisión de los profesores. Mis padres, amantes de la lectura, y empeñados en despertar en mí, su mismo interés por ésta, me facilitaban libros de El Barco de Vapor. Yo lo percibía como una obligación, no como disfrute, por lo que, durante los últimos años de la ya clásica E.G.B., leer un libro, me suponía una ardua tarea. Fue ya en la etapa del instituto, cuando, fuera del aula, comencé a escoger yo misma los libros que me interesaban, y a disfrutar de la lectura. En definitiva, los libros que leía en los años de colegio, parecían ser adecuados a mi momento evolutivo, pero carecía de motivación.

En este bloque, también se hace un repaso de la historia de la literatura infantil. El recorrido histórico que ha atravesado ésta, se inicia en la literatura oral de los pueblos primitivos, y llega hasta nuestros días con un concepto muy diferente al inicial. Y es que, un amplio bagaje ha sido necesario, para que hoy podamos hablar de literatura infantil, como literatura que tiene en cuenta el momento evolutivo del niño y sus intereses. 

Afortunadamente, hoy en día disponemos de muchos materiales que tienen en cuenta al niño, sin embargo, de nada sirven, mientras nuestras escuelas continúen sin saber responder a las siguientes preguntas: ¿qué es literatura?, ¿cuál es su objetivo? Es necesario que en las escuelas, se tenga en cuenta el carácter simbólico de los textos y, lo aproveche para que el niño reflexione y genere una visión propia y personal de los textos que lee, en vez de martirizarle con la realización de trabajos que extinguen su imaginación, su creatividad y su capacidad reflexiva. Se trata de que las escuelas apuesten, por el disfrute literario de nuestros pequeños.

Sin duda, la relación entre literatura infantil y escuela, también es una relación complicada, en cuanto a lo que a los intereses del niño se refiere…Yo, que de niña rechacé la lectura, a pesar de la buena intención de mis padres, no puedo olvidar que, escoger lo que el niño va a leer sin tenerle en cuenta, no funciona, por lo que el día que trabaje en el aula, en primer lugar, dedicaré el tiempo necesario para conocer los gustos de los niños, y a partir de ahí, realizaré un cuidado análisis y selección de títulos (teniendo también en cuenta las diferencias entre paraliteratura y literatura infantil, y, la finalidad que pretenda conseguir) entre los que ellos puedan escoger. Además, respetaré, en la medida que las programaciones y normas del colegio me permitan, el ritmo de lectura de cada niño, ya que en mis prácticas del año pasado, con alumnos de 4º de Primaria, el profesor obligaba a los alumnos a leer un libro al mes. El que no lo hacía, acumulaba negativos, por lo que la mayoría de los niños rechazaban la literatura. 

Teresa Colomer (2010) enumera los problemas de la enseñanza literaria actual en la etapa primaria:

1. La subordinación de los textos literarios a actividades lingüísticas que nada tienen que ver con su constitución específica.
2. La falta de objetivos concretos y la arbitrariedad en las actividades de escritura y lectura literaria, lo cual lleva a la repetición hasta la saciedad de las mismas actividades y a la disminución del potencial progreso educativo de los alumnos.
3. El excesivo peso de la literatura infantil, y aún del folklore, que limita innecesariamente el corpus conocido y restringe el dominio de la creación literaria a unos pocos tipos textuales, como el cuento popular o los caligramas.
4. La falta de articulación de las actividades de lectura intensiva, extensiva en el aula y autónoma, de manera que tanto se desvirtúa su función (asociando la lectura libre con resúmenes y guías de trabajo) como se yerra en sus objetivos (abordando la lectura colectiva de una obra entera como si se tratara de una sucesión de fragmentos deslavazados).

En una época, en la que contamos con materiales apropiados, el profesor debe dedicar tiempo a encontrar esos materiales, a analizarlos y seleccionarlos, y también a motivar a los alumnos en el disfrute de la lectura, a establecer una vinculación emocional entre el niño, el centro de su mundo y el libro que lea, pues, a muchos niños, se les está impidiendo divertirse y emocionarse con los libros y, como dijo Christine Nöstlinger (1993) “La literatura infantil, no es una pastilla pedagógica envuelta en papel de letras, sino literatura, es decir, mundo transformado en lenguaje”.


Webs recomendadas:

En el primer bloque de la asignatura, se describen los distintos géneros de la literatura infantil y las formas que adoptan. He encontrado la siguiente web, que creo puede resultar interesante a profesores que quieran trabajar la poesía en el aula:


Se trata de un portal, a través del cual, se pueden componer poemas de manera colaborativa: un usuario puede escribir la primera línea del poema (iniciador) e indicar el tema sobre el que va a tratar, y otros usuarios continuar añadiendo nuevas líneas al poema. En la página, se proponen algunos métodos y ejercicios que podrían plantearse en clase para estimular la escritura colaborativa entre los alumnos, como por ejemplo:

El profesor explica en clase un determinado recurso literario o introduce la obra de algún escritor. Una vez completada la clase teórica, el profesor propone a los alumnos que, utilizando Coompone.com, escriban en grupo un poema en el que se haga uso de los conceptos explicados en clase.  El profesor, introduce la primera línea del poema y además, es el moderador y editor de éste. Todos los alumnos, ya sea en clase o en horas no lectivas (como actividad o ejercicio para casa), pueden realizar propuestas de cómo continuar el poema. Los alumnos votan las propuestas que más les gustan. De entre todas las propuestas realizadas, el profesor elige la que considere que más se adecua a los conceptos explicados en clase y la integra en el poema. Este proceso (de realización e integración de propuestas) se repite hasta que el profesor estime que el poema ha finalizado.

El motivo por el que recomiendo esta web, es porque, en mi opinión, las escuelas deberían fomentar el disfrute de la poesía, ya que ésta, está cargada de metáforas y de imágenes que permiten al niño imaginar y explorar su creatividad, a través de un lenguaje sencillo de puro juego fónico y repetitivo, y la utilización de este recurso, puede incidir en el desarrollo creativo y emocional del niño.

A continuación, agrego otro enlace. Se trata de un maravilloso blog lleno de recomendaciones literarias infantiles y juveniles:

www.sonadoresdecuentos.blogspot.com

Es un blog con carácter colaborativo, es decir, todo amante de la literatura infantil y juvenil puede aportar su granito de arena. En él encontramos, recomendaciones de libros y cuentos infantiles, novedades editoriales, recursos para fomentar la lectura en el aula y, además, nos acerca a otros enlaces y blogs igual de interesantes.

Considero que es un lugar lleno de recursos útiles para el profesor (también para los padres), pues, amantes de la literatura infantil y juvenil, hacen por nosotros el trabajo de preselección de lecturas y actividades recomendadas para los alumnos. Descubrir este espacio, ha sido un regalo.


Webgrafía:

Colomer, Teresa (2010) “La evolución de la enseñanza literaria” Consultado a 9 de Octubre de 2013 en:


Joel Franz Rosell (2004) “Literatura infantil y la escuela: una pareja conflictiva. Consultado a 8 de Octubre de 2013 en:



lunes, 14 de octubre de 2013

Análisis de Junie B. Jones.


A continuación, vamos a analizar a Junie B. Jones, protagonista de una colección de libros de literatura infantil actual, destinada, según la editorial que la comercializa, a niños de 5 a 7 años. Dicha colección, era desconocida para mí, hasta que hace unos días pregunté a la hija de 7 años de un amigo, por un libro que le gustase mucho, para realizar el análisis de un libro de literatura infantil.

Comencemos con una pequeña ficha bibliográfica de los dos títulos de la colección que he leído y analizado:

  • Autora: Bárbara Park.
  • Ilustrador: Denise Brunkus.
  • Título: Junie B. Jones y el monstruo bajo la cama; Junie B. Jones no es una ladrona.
  • Editorial: Bruño. 
  • Edición: 6ª en el caso de Junie B. Jones y el monstruo bajo la cama, y 5ª en el caso de Junie B. Jones no es una ladrona.
  • Año de la primera edición: Junie B. Jones y el monstruo bajo la cama (2003); Junie B. Jones no es una ladrona (2004).
  • Idioma original: Inglés.
  • Hipótesis de edad recomendado: niños de 5 a 7 años.

         


Continuemos con el formato de los libros. Se trata de libros resistentes, cuadrados, fácilmente manejables por un niño de 5 a 7 años, con cubiertas duras y plastificadas. Las portadas resultan atractivas al niño por su multitud de colores. Ambos libros, cuentan con 89 páginas.

En el interior de los libros, nos encontramos una ilustración tras cuatro o cinco páginas de texto. Las ilustraciones, perfectamente sincronizadas con el texto, están dibujadas con un único color y ayudan al niño a reforzar la comprensión de lo leído. En cada libro de la colección, texto e ilustraciones son de un color concreto. Por ejemplo, en Junie B. Jones y el monstruo bajo la cama, el color empleado es el azul, y en Junie B. Jones no es una ladrona, es el naranja.


                     


En cuanto a la tipografía, la fuente utilizada es Times New Roman y el tamaño de letra es de 18 puntos. Los caracteres, palabras, líneas y párrafos, son legiblemente separados para un niño que se inicia en la lectura.

 


Una vez revisado el formato, nos centraremos en el contenido del libro Junie B. Jones y el monstruo bajo la cama.

Podemos decir, que el tema secundario que se trata en el libro, es la creencia de la niña en la existencia de un monstruo debajo de su cama, mientras que, el tema principal, es cómo a través de su imaginación y su peculiar forma de razonar (por cierto, correspondiente a niños de 5 a 7 años), llega, en un primer momento, a la conclusión de que hay un monstruo debajo de su cama y, en el desenlace del libro, a cómo deshacerse de él.  

En lo que se refiere a la estructura, se trata de una secuencia narrativa clara, sencilla y unidireccional, con un planteamiento, un nudo y un desenlace. 

Los textos son cortos, claros, eficaces, con diálogos sencillos, con frases y palabras sonoras. Las frases, de construcción simple, pueden ser captadas por los niños a los que la editorial dirige la serie, de una sola vez, lo que hace que la lectura de esta colección de libros, les resulte fácil. 

La autora emplea en la redacción, una cuidada puntuación. Ésta presenta muchas exclamaciones, frases en mayúsculas
(VE-TE-A-DOR-MIR) y palabras en las que alguna vocal es repetida (muuuy, enoooorme) para darle mayor énfasis al ser leídas. 




El vocabulario utilizado, es manejado por niños de 5 a 7 años. Precisamente, las palabras, son uno de los puntos fuertes de la serie, debido a la confusión de vocablos o a la interpretación tan personal que la protagonista hace de ellos. A sus lectores, les divierten estas trastadas del lenguaje, pues suelen cometer errores y divertidas confusiones verbales. Algunas de las particulares palabras de Junie B. en Junie B. Jones no es una ladrona, son recogidas en la imagen de la izquierda.


En muchas ocasiones, Junie B. se menta a sí misma y a más gente, nombrándose en primer lugar, lo que coincide con el momento evolutivo de sus lectores, donde, según Piaget, el egocentrismo está patente hasta los 7 años:

 








Uno de los puntos más importantes del análisis del contenido de un libro, es el del protagonista. En este caso, la protagonista es una niña de 7 años que vive con sus padres y su hermano pequeño. Junie B., encarna el rol de niña traviesa; es una niña locuaz, intrépida, original y rebelde a su modo, con una manera muy personal y divertida de ver las cosas. A través de sus ojos, los lectores se introducen en el ambiente más cercano a Junie B. (su casa, su escuela, sus amigos, etc.), un ambiente que les resulta familiar.

En cuanto a los personajes secundarios, estos son descritos de manera concisa y representan roles fácilmente reconocibles por muchos niños: el padre, la madre, Sam (el hermano pequeño y del que tiene celos), los abuelos (cuidan a Junie B. mientras sus padres trabajan fuera de casa), sus animales de peluche que le hablan (antropomorfismo), sus dos mejores amigas: Lucy (que quiere ser modelo) y Claudia (una sabe-lo-todo), la Seño, el Director, etc. 

Analizando los valores que el libro transmite, vemos que, por un lado,  la protagonista se comporta y divierte como cualquier niño de su edad, tiene que hacer;  Junie B. no es ninguna heroína: nunca se queda callada, mete la pata, aprende de sus errores, tiene pelusa de su hermano pequeño, torea a sus padres (aunque los respeta), siente gran amor por los abuelos, trae mártir a su profesora y se pasa media vida en el despacho del director. Por otro lado, también se transmiten valores clásicos y tradicionales con respecto a la familia (tipología de familia tradicional) o la educación. 

Conclusión:

Tras este análisis, podemos comprobar que la colección Junie B. Jones, tiene en cuenta el desarrollo lector y los intereses del niño de 5 a 7 años, edad en la que se inician en la lectura. Los temas que se tratan, el ambiente en el que se desenvuelve la trama y la forma de ser y de actuar de la protagonista y de los personajes secundarios, acentúa el matiz afectivo, ya que, a muchos de los lectores a los que va destinada esta serie de libros, les suscita procesos de identificación. Como dice Anabel Saiz Ripoll (1992) “Para que el niño se identifique con la obra que consume, que lee, es preciso que ésta ofrezca experiencias similares a las que vive el niño diariamente o a las que quisiera vivir.”.

Son libros que responden con sencillez a sus por-qués, con los que trabaja temores personales, como por ejemplo, el temor a la existencia de un monstruo debajo de la cama, los celos experimentados con la llegada de un nuevo hermano, etc. Pero a pesar de que sean libros atractivos para muchos niños, están anclados en una realidad que ya debería estar superada, con respecto a la familia o a la educación. Así, por ejemplo, los niños cuyo tipo de familia no se corresponda al clásico, no se verán representados, en este sentido, en el libro. A una edad a la que los niños empiezan a percibir su mundo de relaciones sociales, es interesante ofrecerles libros en los que se muestren con naturalidad otros tipos de familia. 

En definitiva, consciente de que los niños y las niñas disfrutan mucho con la divertida serie Junie B. Jones, les recomendaría su lectura, pero, para cubrir aquellos valores que transmite, no acordes con la realidad actual, también les recomendaría otros libros, como por ejemplo, Piratas y quesitos escrito por Carmen Herrera e ilustrado por Luis Filella, que refleja distintos tipos de familia.



Bibliografía

Asociación nacional de editores “Libros infantiles y edición”.

Centro de Orientación de Lectura. MEC. (Años 90). “Características de los cuentos según la edad y etapa del desarrollo lector”.

Cubells, F. (s.f.). “Evolución de los intereses  del niño en relación con la literatura”. 

Garralón, A. (2000). “La literatura infantil en la España de los noventa”. Cuatrogatos, nº 3.

Park, B. (2003) “Junie B. Jones y el monstruo bajo la cama”.

Park, B. (2004) “Junie B. Jones no es una ladrona”.

Sáiz Ripoll, A. (1992). “Modelos de infancia”. Artículo de su Tesis “Análisis de un modelo textual.   Mecanismos y estructuras del discurso persuasivo dirigido a la infancia”. Editorial Torre de papel. 

jueves, 10 de octubre de 2013

Documental "Entre maestros".

Os dejo el enlace al documental “Entre maestros”, televisado el 13 de Septiembre de 2013 en La 2.

Se trata de un documental que convierte las clases convencionales en clases de crecimiento personal, dotando de herramientas para conocerse a sí mismos, a alumnos desmotivados por el sistema educativo implantado, lo que en consecuencia, despertará su motivación e interés:

http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-documental/documental-entre-maestros/2018668/

Literatura infantil: aquella cuyo objetivo es el mero disfrute literario de los niños.

En este primer bloque de la asignatura, nos hemos acercado a los aspectos básicos de la literatura escrita para niños de Primaria.

Antes de la lectura de dicho bloque, desconocía la diferenciación entre libros infantiles de autor y literatura infantil, considerando a ambos, la misma cosa.

Los libros infantiles de autor, son textos en formato libro para niños de hasta 12 años, producidos por una o más personas, mientras que, la literatura infantil, como el módulo docente indica, es el arte que utiliza las palabras para manifestarse, (por lo tanto, su intencionalidad, es artística) y que produce un objeto artístico que llamamos libro, destinado a los niños. Para que una obra sea considerada literaria, además de tener un cometido artístico, debe pertenecer a uno de los grandes géneros literarios (narrativa, poesía o texto teatral), debe ser un texto ficticio, y utilizar, en mayor medida, la función estética o poética del lenguaje. Cuando una obra no presenta todas estas características, se trata de un texto paraliterario infantil (textos cuya finalidad no es artística, si no, muchas veces, moralizante o didáctica. Dichos textos, no son ficticios, si no que se trata de biografías o ensayos).

Tras la clarificación de los conceptos anteriores, y siendo ahora conocedora de las características y diferencias de dichos conceptos, será más sencillo, seleccionar libros adecuados para trabajar en el aula con los alumnos. Si echo la vista atrás, hasta mis años en Primaria, puedo recordar que la biblioteca escolar se componía, básicamente, de libros de texto de años pasados. Los libros de lectura, eran seleccionados por nuestros padres, sin supervisión de los profesores. Mis padres, amantes de la lectura, y empeñados en despertar en mí, su mismo interés por ésta, me compraban libros de El Barco de Vapor. Yo lo percibía como una obligación, no como disfrute, por lo que, durante los últimos años de la ya clásica E.G.B., leer un libro, me suponía una ardua tarea. Fue ya en la etapa del instituto, cuando fuera del aula, comencé a escoger yo misma los libros que me interesaban, y a disfrutar de la lectura. En definitiva, los libros que leía en los años de colegio, parecían ser adecuados a mi momento evolutivo, pero carecía de motivación.

En este bloque, también se hace un repaso a la historia de la literatura infantil.

La literatura infantil, es anterior al libro. Muchos de los elementos del discurso literario infantil, se encontraban en relatos, mitos y leyendas, constituyendo la literatura (oral) de los pueblos primitivos. La literatura oral, se ponía a disposición de un destinatario heterogéneo pero indiferenciado, integrado, entre otros, por niños que escuchaban historias no adecuadas para ellos. Un escaso número de niños, tenía acceso a la literatura escrita durante la Edad Media. Los textos dirigidos a ellos, eran los exemplarios y castigos (conjunto de parábolas y apólogos con finalidad moralizante).  

En el S-XVIII, se produce una revolución educativa con el “Emilio” de Rousseau, que supone un tratado educativo, a partir del cual, proliferan muchos otros. Sin embargo, un punto clave en la historia de la literatura infantil, es la creación en Inglaterra, de la primera librería infantil.

En el S-XIX, la Revolución Industrial, permite crear máquinas que abaratan los costes para hacer libros. Así, en España, aparece la Editorial Calleja, que posibilita el acceso a la lectura a mayor número de niños, pero sus libros infantiles, son paraliterarios, pues son textos didácticos y moralizantes, en los que los personajes, son niños esteriotipados.

Nadie hasta el S-XX se había puesto en la piel del niño: los textos eran escritos sin contar con él, con su momento madurativo, con su psicología… hasta que Elena Fortún, crea a Celia, la primera niña real de la literatura infantil española. La obra de la innovadora escritora, supone el inicio de la transformación de la paraliteratura infantil, en literatura infantil.

En los años 40, surgen en nuestro país, los seriales de la radio. El más destacable es “Antoñita la fantástica”, cuya mezcla de realismo y fantasía, hacía a las niñas de la época, sentirse identificadas con la protagonista. Por otro lado, aparecen los primeros libros ilustrados, cuya protagonista es la niña Mari Pepa.

Hasta los años 80, muchos de los libros siguen siendo moralizantes en España. Es a partir de esa década, cuando se fecha el establecimiento de la literatura infantil.

En los 90, nacen los álbumes de imágenes y la literatura para niños de Infantil.

En cuanto a los géneros de la literatura infantil, estos son: el dramático (teatro, títeres, marionetas, etc.), el narrativo (cuentos populares tradicionales, mitos, leyendas, etc.), el lírico (poesía y canciones) y el didáctico (adivinanzas, refranes, etc.).

El teatro infantil, aúna educación y diversión, pues a través de la lectura y representación de los textos teatrales, el niño mejora su concentración y memoria, adquiere  autoestima, aprende a desenvolverse ante la gente, le ayuda a socializar, a convivir, a comprender diferentes realidades y visiones, estimula su creatividad e imaginación, motiva la reflexión, mejora su lenguaje y le ejercita en la expresión escrita. Por todas estas habilidades que conlleva, el teatro infantil debe utilizarse más en las escuelas o, al menos en la que yo estudié, la única representación teatral que se hacía, era la de navidad.

En la narrativa infantil, elegimos, especialmente, su expresión en forma de cuento. Los cuentos, deben estar adaptados, una vez más, a la psicología del niño, utilizar un lenguaje sencillo, concreto y familiar para él y estar protagonizados por niños con los que pueda identificarse.

En cuanto a la poesía infantil actual, ésta está cargada de metáforas y de imágenes que permiten al niño imaginar y explorar su creatividad, a través de un lenguaje sencillo de puro juego fónico y repetitivo. ¿Quién no ha disfrutado con los irónicos y cercanos poemas de Gloria Fuertes? “La poeta de los niños”, renovó la poesía infantil y conquistó, y sigue conquistando, generaciones de niños.

Una vez revisado el primer bloque de la asignatura, me pregunto: ¿cómo es la relación entre literatura infantil y escuela? Pues se trata de una relación conflictiva… Yo que de niña rechacé la lectura, a pesar de la buena intención de mis padres, no puedo olvidar que, escoger lo que el niño va a leer sin tenerle en cuenta, no funciona, por lo que el día que trabaje en el aula, en primer lugar, dedicaré el tiempo necesario para conocer los gustos de los niños, y a partir de ahí, realizaré un cuidado análisis y selección de títulos (teniendo también en cuenta las diferencias entre paraliteratura y literatura infantil, y, la finalidad que pretenda conseguir) entre los que ellos puedan escoger. Además, respetaré, en la medida que las programaciones y normas del colegio me permitan, el ritmo de lectura de cada niño, ya que en mis prácticas del año pasado con alumnos de 4º de Primaria, el profesor obligaba a los alumnos a leer un libro al mes. El que no lo hacía, acumulaba negativos, por lo que la mayoría de los niños rechazaban la literatura.

Teresa Colomer (2010) enumera los problemas de la enseñanza literaria actual en la etapa primaria:

1. La subordinación de los textos literarios a actividades lingüísticas que nada tienen que ver con su constitución específica.
2. La falta de objetivos concretos y la arbitrariedad en las actividades de escritura y lectura literaria, lo cual lleva a la repetición hasta la saciedad de las mismas actividades y a la disminución del potencial progreso educativo de los alumnos.
3. El excesivo peso de la literatura infantil, y aún del folklore, que limita innecesariamente el corpus conocido y restringe el dominio de la creación literaria a unos pocos tipos textuales, como el cuento popular o los caligramas.
4. La falta de articulación de las actividades de lectura intensiva, extensiva en el aula y autónoma, de manera que tanto se desvirtúa su función (asociando la lectura libre con resúmenes y guías de trabajo) como se yerra en sus objetivos (abordando la lectura colectiva de una obra entera como si se tratara de una sucesión de fragmentos deslavazados).
En una época, en la que, afortunadamente, contamos con materiales apropiados, el profesor debe dedicar tiempo a encontrar esos materiales, a analizarlos y seleccionarlos, y también a motivar a los alumnos en el disfrute de la lectura, a establecer una vinculación emocional entre el niño, el centro de su mundo y el libro que lea, pues, a muchos niños, se les está impidiendo divertirse y emocionarse con los libros y, como dijo Christine Nöstlinger (1993) “La literatura infantil, no es una pastilla pedagógica envuelta en papel de letras, sino literatura, es decir, mundo transformado en lenguaje”.


Webgrafía:

Colomer, Teresa. (2010). “La evolución de la enseñanza literaria”.
               Consultado a 9 de Octubre de 2013, de:
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/la-evolucion-de-la-ensenanza-literaria/html/fd44e955-20864bd1-8e6b-f0c144443564_10.html#I_9_

Franz Rosell, Joel. (2004). “Literatura infantil y la escuela: una pareja conflictiva.
               Consultado a 8 de Octubre de 2013, de:
               http://www.abgra.org.ar/