sábado, 2 de noviembre de 2013

Adaptación del cuento “Toda clase de pieles”. Versión de los Hermanos Grimm.


“Todos los colores del mundo”.

Érase una vez que se era, una niña que vivía muy feliz junto a sus padres y sus dos hermanos pequeños. Zaira, que así se llamaba la niña, creció jugando, y recibiendo mucho cariño por parte de sus padres.

La familia, tenía todo lo que necesitaba, por lo que vivían acomodadamente. Sin embargo, era tradición en el lugar, que los padres acordasen con quién tenía que casarse sus hijos, por eso de mejorar el estatus social de la familia.

Zaira, andaba siempre inmersa en sus libros, amaba ir a la escuela y soñaba con ser profesora. Así, pasaron los años, y se convirtió en una adolescente cultivada, interesada en seguir estudiando y en conocer lejanos lugares, pero sus padres habían decidido que era momento de que se casase: habían acordado el matrimonio de su niña con el hijo de una poderosa familia que en el pueblo vivía.

Zaira, conocía bien al chico con el que sus padres querían casarla. Él nunca le había gustado pues era muy bruto e irrespetuoso, trataba mal a la gente y siempre andaba metido en líos. Por lo que cuando sus padres le contaron la “buena” nueva, Zaira se enfadó mucho e intentó convencerles de que rompieran el compromiso, explicándoles que ella quería seguir estudiando, quería viajar y casarse algún día por amor. Si se casaba con este chico, tendría que dejar la escuela y dedicar su vida a cuidarle, como era tradición. Los padres entendían la pena de su hija, pero consideraban que, asegurarle un bienestar económico, era más importante.

Finalmente, Zaira aceptó, pero con una condición: poder terminar el colegio antes de casarse. Sabía que era casi imposible que sus padres accedieran a esto, pues era muy inusual que una niña completara el colegio. Para su sorpresa, los padres aceptaron el trato: Zaira acabaría el colegio en un año y entonces se casaría.

Pasaron los días, las semanas, los meses… El fin del colegio, se aproximaba, y Zaira estaba cada día más y más triste. Un día su profesora, le preguntó que qué le pasaba que andaba muy decaída últimamente. La chica le contó los planes que tenían sus padres para ella, y que el futuro que le esperaba, era muy distinto al futuro con el que había soñado. Entonces, la profesora le habló de un precioso lugar que había tras las montañas, en el que podría vivir como quisiera y ser profesora si lo deseaba, pero que llegar hasta allí, le llevaría días, semanas, y podría ser peligroso.

Zaira no quería separarse de su familia, pero a una semana de terminar el colegio, decidió que el último día de escuela, huiría hacia el lugar del que su profesora le había hablado. 

Llegado el día, y antes de iniciar su andadura, Zaira quiso despedirse de su profesora. Ésta,  le dio su abrigo, un precioso abrigo que había sido confeccionado por su madre cuando era niña, y para el que había utilizado hilo de todos los colores del mundo. Con él, Zaira no pasaría frío. Además, la profesora le dio una libreta, unos bolígrafos y le dijo:

-  Cuando sientas miedo o soledad, escribe en ella y todo malestar se desvanecerá.

Anduvo y anduvo durante días. Cada vez estaba más cerca de llegar a su destino. Se alimentaba de frutos que se iba encontrando y conservaba la endereza y la calma escribiendo en su libreta. Pero un día, unos cazadores la encontraron dormida arropada con su abrigo de todos los colores del mundo. Le despertaron y le preguntaron su nombre y dónde vivía, pero Zaira, que por nada en el mundo quería volver a su casa, les dijo que no sabía ni su nombre ni de dónde venía, pero que la gente le llamaba Todos los colores del mundo.  
Los cazadores decidieron llevar a  Todos los colores del mundo  al pueblo en el que vivían, a casa de su patrón. Allí, el patrón le recibió amablemente y le ofreció trabajo en su casa, cuidando a sus dos hijos pequeños y ayudando al resto del servicio con las labores de la casa. El patrón era viudo y vivía con sus tres hijos. Parecía un buen hombre. 

Todos los colores del mundo, estuvo trabajando en la casa, realizando tareas que nunca antes había realizado, pues sus padres, al igual que el patrón, tenían empleados que se encargaban de ellas. Lo que más le gustaba, era cuidar de los dos niños. Les enseñaba muchas cosas, las mismas que su profesora le había enseñado antes a ella. No olvidaba que su sueño, era convertirse en profesora. 

Un día, el patrón pidió a sus empleados que preparasen la habitación de su hijo mayor, pues éste, que había estado fuera unos meses estudiando, volvía a casa.

Cuando Hugo, el hijo mayor del patrón, llegó a la casa, Zaira sintió mariposas en el estómago… Por como hablaba con su padre, sus hermanos y sus empleados, parecía un chico sensible, bondadoso, amable… Zaira acababa de enamorarse.

Los sentimientos de Zaira hacia Hugo, eran cada vez más fuertes. El chico amaba la literatura, conocer nuevos lugares y siempre se mostraba agradable y generoso con la gente que le rodeaba. Zaira deseaba contarle quien era ella en realidad y lo que sentía por él, pero temía que al hacerlo, tuviera que volver a su casa, así que decidió seguir aparentando ser Todos los colores del mundo y conquistarle desde la sombra. Para ello, comenzó a escribir en su libreta una bonita historia acerca de las andanzas y aventuras de un príncipe y una princesa que se enamoran perdidamente. Cada noche, sobre el lecho de Hugo, dejaría una página con unas líneas de la historia. 

La primera noche que Hugo encontró sobre su cama, una página con lo que parecía el principio de un precioso cuento, se preguntó a sí mismo, quién sería la persona que con tanta sensibilidad escribía. A la mañana siguiente, preguntó a la mujer que más tiempo llevaba trabajando en la casa, si la noche anterior se había dejado olvidado dicho papel sobre su cama. La mujer, muy sorprendida, dijo que no sabía ni leer ni escribir, y que dudaba que alguno de sus compañeros supieran hacerlo. 

Desde ese día, Hugo esperaba con anhelo la llegada de cada noche para conocer un nuevo capítulo de la fascinante historia, mientras que, por el día, intentaba averiguar quién era el autor.

Un día, Hugo vio a Todos los colores del mundo leyéndoles un cuento a sus hermanitos y se preguntó, si no sería esa misteriosa y tímida chica la autora de las líneas. Él siempre le miraba con ternura porque trataba con mucho cariño a los dos niños… y además, sabía leer… 

- ¡Ya está! ¡Es ella! – se dijo a sí mismo.

Hugo corrió a preguntarle a Todos los colores del mundo pero ella le dijo no saber de lo que le hablaba, que se equivocaba de persona. Hugo estaba seguro de que era ella pero que por algún motivo, no quería reconocerlo.

Transcurrieron varios días. Hugo continuaba esperando ansioso la llegada de cada noche para leer un poco más de la historia, pero algo había cambiado en estos últimos días, y es que ahora, se pasaba los días mirando embelesado a Todos los colores del mundo. Era una chica tan dulce, tan cariñosa, tan cultivada…

Un día, Todos los colores del mundo se dejó olvidada su libreta en la habitación de los niños. Hugo que la vio, la abrió y reconoció la letra… era la misma que la de las páginas que aparecían en su habitación cada noche, por lo que ya no cabía lugar a dudas,  ella era la autora y la mujer de la que se había enamorado. 

Hugo le confesó lo que sentía por ella y le dijo que sabía que ella sentía lo mismo por él.  En ese momento, Zaira y su verdadera historia se descubrieron ante él, y Hugo le pidió que se casara con él. 

La boda se celebró, y Zaira y Hugo se fueron a vivir al lugar del que su profesora le había hablado. Zaira, finalmente, pudo trabajar en una escuela. 

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. 



Argumentación sobre cambios realizados.

Antes de comenzar, señalar que dirigiría mi adaptación del cuento a niños del Tercer Ciclo de Primaria.

Para mantener la esencia del cuento “Toda clase de pieles”, he respetado el esquema de la versión de los Hermanos Grimm:

- La protagonista es feliz en su casa. 
- Alguien de su familia intenta obligarla a hacer algo que no quiere. 
- Ella pide regalos complicados para retrasar el momento de cumplir lo que no quiere cumplir. 
- Los regalos llegan. 
- Ella no tiene más remedio que huir para no hacer lo que no desea. 
- Se ve obligada a sobrevivir. 
- Es encontrada y llevada a otro lugar. 
- Allí oculta su personalidad y trabaja en labores por debajo de su categoría. 
- Se enamora y juega con su doble personalidad. 
- Utiliza su astucia para enamorar al chico. 
- El chico la descubre y se prometen. 
- Son felices para siempre.

Los cambios que he realizado, tienen que ver con los personajes (no con los roles), los objetos y las pruebas:

- La protagonista no es una princesa, pero sí una niña con recursos económicos. La niña, no representa el esteriotipo de belleza y le he atribuido un interés por la cultura y en concreto por la literatura.

- El hada madrina es su profesora de colegio.

- El príncipe azul de mi adaptación, es un chico cultivado, no perteneciente a la clase real pero sin problemas económicos como la protagonista.

- No hay incesto, pues considero que es un elemento innecesario y que puede resultar desagradable a los niños de nuestra sociedad.

- Evito la muerte de la madre, siempre presente en los cuentos de princesas.

- La forma de pensar de los padres es, por un lado, más actual que la de la época en la que está ambientada el cuento, por lo que permiten que su hija siga estudiando, pero por otro, tradicional, en cuanto en tanto le obligan a casarse con quien no quiere.

- Utilizo un abrigo hecho de hilo de diferentes colores, en vez de  con pieles de animales, para que le resulte más cercano al niño de hoy en día, ya que parte de la sociedad intenta inculcarle una conciencia animal.

- Regalos complicados: he sustituido los vestidos, por la petición de continuar en el colegio, remarcando que era inusual que una niña continuase con sus estudios.

- Pruebas: los regalos de la madre en la versión de los Hermanos Grimm, son en mi adaptación, las páginas de la libreta que la protagonista va dejando en la habitación del chico. Recordar también, que la libreta y los bolígrafos se los regala su profesora.

- Elimino el baile, pues el príncipe azul de mi cuento, no piensa aún en casarse y conoce el amor fortuitamente.

3 comentarios:

  1. Considero que tu versión está muy bien adaptada y respeta bastante el esqueleto original del cuento de los Hermanos Grimm, que era la intención principal de la actividad. Por cierto Estela, me ha encantado que el hada madrina sea la profesora.Bien hecho.

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